Midiendo fuerzas
Para los partidos políticos retener las plazas o conquistarlas será vital, pues, gracias a las nuevas fechas de elecciones, lo que ocurra en las elecciones municipales y congresionales incidirá fuertemente en lo que pueda pasar con el elección del presidente de la República.
SDE se nubla de candidatos a alcalde, son tantos que casi no podremos ver el sol, compitiendo entre ellos pero con un eje que los une , todos contra el actual incumbente.
El empecinamiento de Alfredo Martínez en convertirse a muy «danilista» frente a el abandono del apoyo a su amigo Reinaldo Pared Pérez, demuestra el ajuste de lealtades frente a una competencia electoral en el municipio que ya comenzó, donde el danilismo manda, en todos los frentes, en el cual el actual incumbente no se ha querido quedar atrás.
El actual presidente Danilo Medina siempre ha mandado a sus seguidores a competir, luego los mide y es rumor que El mismo señala en cada candidatura quién es el «elegido» para su tendencia. Danilo mantiene ferreo control de su estructura.
Otras tendencias son más libres, a lo interno del PLD.
Sin embargo, frente a los múltiples problemas que existen en la Alcaldía, el danilismo se desata pues saben, seguro, que retener la plaza es vital para una incluso, eventual repostulación del presidente en su tercer mandato.
Si el PLD pierde la plaza SDE estaría en riesgo mortal incluso la presidencia de la República que se elegiría meses después…
En ese camino, por el Danilismo sale el actual diputado Ramón Cabrera como el mayor exponente, mientras que los de «Juancito Vive» ( diputado Luis Alberto, diputado Luis Henriquez y diputado Domingo Barett) se mezclan o en tendencias especificas o bailando entre ellas… llamado «centro» aunque cuentan con la directa bendición del presidente, y de otro lado está la diputada Karen Ricardo que de la mano de Amarante Baret (Danilista) igual compite. Todos ellos tienen en común un contendiente: Alfredo Martinez, coinciden en que el actual alcalde no debe continuar bajo ningún concepto. Igual, y de esa misma tendencia, compite el diputado Radhames Fortuna. Es curioso, como todos son actuales diputados, como ninguno de ellos pretende el camino natural que es hacia ser senador y como nadie que sea solo político, pero no en cargo electivo, aspire.
Del otro lado, pero del mismo partido, el diputado Pilo y German Peña publican sus aspiraciones… se espera, en estos dos casos y en otros, que el mundo político de Santo Domingo Este se vea más impactado mediatamente por ambos y otros.
Fuera del tumultuoso y complejo PLD aparece un candidato del PDI.
Arrastrados por el proceso pasado, Manuel Jimenez y Dio Astacio aspiran otra vez a ganar.
Dio rompe inmediatamente su pacto con la estructura que lo acompañó en campaña, el PQDC y durante corto tiempo trató de levantarse como movimiento independiente, como lo hizo Manuel, al entender, ambos, que la forma de llegar era con un movimiento municipal.
Es claro que a estas fechas ninguno de los dos movimientos cuajó, Dio entonces, pensando en fuerzas, a sabiendas que es difícil competir siendo chiquito, entra en el PRM, que aunque desorganizado en el municipio posee una militancia considerable y nueva «administración», aplaudido por la tendencia del expresidente Hipolito Mejia. Dio aspira a competir a lo interno.
Se sabe que dentro del PRM, la tendencia de Luis Abinader, pensando en la presidencia y apostando incluso a un amplio pacto, esta convencida que el candidato sea a lo interno como mediante pacto es Manuel Jimenez.
El actual presidente del PRM, Adan Peguero, casi de manera silenciosa , aun sin prensa, ha alcanzado la mano de que esta participando en la competencia.
La militancia del PRM esta dividida por quien elegir y eso hace muy interesante el proceso.
El PLD no puede darse el lujo de perder SDE, si no logran un candidato de consenso lo haría e incluso, no se descarta que su división ayude «directamente» a algún candidato opositor.
Los partidos, todos, esta vez, harán hincapié en lo que digan los números de las encuestas incluso antes de que la competencia cobre demasiada fuerza pues, ninguno de los contendientes se puede dar el lujo, frente a las elecciones presidenciales, de perder.